miércoles, 22 de mayo de 2013

Prejuicios sobre la discapacidad auditiva


La existencia de prejuicios sobre la pérdida de audición es una realidad. No es una novedad, sino una tendencia que prevalece en el tiempo, y que además contribuye al mantenimiento de hándicaps entre las personas con problemas auditivos.
La discapacidad auditiva es “invisible”, no llama la atención y difícilmente se puede distinguir quién es sordo y quién no. En general se piensa que la deficiencia auditiva significa no oír y ya está. Pero muy al contrario conlleva otros muchos problemas, como pueden ser problemas de lecto-escritura, problemas de pérdida de información, problemas de comunicación, aislamiento etc. Se dan muy a menudo errores de apreciación, quizás por falta de un conocimiento real de lo que implica la sordera, que hacen que la discapacidad auditiva sea difícil de sobrellevar tanto social como laboralmente.
Los prejuicios persisten entre otros motivos por los propios discapacitados auditivos que prefieren negarse a aceptar su afección. Suelen actuar como si simplemente tuvieran algún problemilla para oír, y no acuden a un profesional en busca de ayuda.
Muchos de los discapacitados auditivos evitan hablar abiertamente de su problema de audición ya que temen la reacción de los demás.
Para crear una mayor conciencia sobre la pérdida de audición es necesario que todas las partes se involucren. Para evitar que las personas con pérdida de audición se sientan marginadas, es fundamental superar falsos tópicos y erróneas creencias. Las más comunes son los siguientes.
• Casi todas las personas con discapacidad auditiva son gente mayor. No es verdad. Cada vez más jóvenes tienen discapacidad auditiva debido al aumento de los niveles de ruido de nuestro entorno. Cerca de la mitad de los discapacitados auditivos son jóvenes o se encuentran en edad laboral.
• Las deficiencias auditivas vienen asociadas a otras discapacidades. No es verdad. No existe conexión alguna entre la discapacidad auditiva, el nivel de inteligencia o las enfermedades mentales.
• Las personas con problemas de audición oyen lo que les conviene.No es verdad. La discapacidad auditiva no es lo mismo que una audición selectiva. La capacidad para oír depende del grado y tipo de pérdida de audición, de las condiciones y el entorno de la situación comunicativa.
• Los audífonos son grandes y antiestéticos.No es verdad. En la actualidad, la mayoría de los audífonos son pequeños, discretos y están bien diseñados. Se ajustan individualmente y son muy cómodos. Es cierto que es mejor no tener que llevar nada en los oídos, y la audición con audífonos será distinta. Pero solo es cuestión de acostumbrarse a ellos y a los nuevos y diferentes sonidos que se será capaz de escuchar, entonces se disfrutará de un mayor bienestar en general. La ayuda que se obtiene con los audífonos actuales depende de la pérdida de audición, pero los audioprotesistas los ajustan de forma individual, y casi todo el mundo que los usa los encuentra muy útiles. Los audífonos no devuelven una audición normal, pero casi siempre mejoran la audición y mejoran la calidad de vida.

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